PARIS, Francia.- Los diputados franceses comenzaron a debatir un controvertido proyecto de ley para permitir el suicidio asistido bajo estrictas condiciones, un trámite que podría extenderse más de un año y que acercaría Francia a sus vecinos europeos. “Hoy tenemos que escribir y votar una ley de libertad para disponer de la propia muerte, a imagen de la libertad a disponer del propio cuerpo que acabamos de consagrar en nuestra Constitución”, dijo el ponente de la ley, Olivier Falorni, en referencia al aborto.
La gran reforma social del segundo mandato de Emmanuel Macron representa, para unos, abrir “la caja de Pandora” de la eutanasia, mientras que otros la consideran necesaria para acabar con el sufrimiento de los enfermos.
Nueve de cada 10 franceses apoya autorizar la eutanasia o el suicidio asistido para personas que sufren enfermedades insoportables e incurables, según un sondeo de IFOP para la Asociación por el Derecho a Morir Dignamente. Los debates se anuncian intensos, bajo la presión de los representantes religiosos y de los trabajadores de cuidados paliativos, que podría extender el trámite parlamentario hasta mediados de 2025. “Yo ayudé a mi madre a morir ¿Quién soy yo para impedírselo?”, dijo la diputada ecologista Sandrine Rousseau, quien en 2013 explicó que su madre, en fase terminal por un cáncer, puso fin a sus días con medicamentos. El diputado derechista Philippe Juvin, anestesista de profesión, se opone a ir más allá de la sedación profunda de los pacientes que agonizan.